Vivo sumida en la pobreza, en lugar de recibir apoyo y cariño a cambio de mis desvelos en las obligaciones domésticas, he sufrido la violencia en mi propio hogar, de donde tuve que huir, ya que si me quedaba me esperaba la muerte a manos del hombre que debía amarme y protegerme. Al huir me he quedado sin casa, sin tierra que trabajar y sin medios de subsistencia. Ahora estoy vieja y enferma y, sin duda, seré una más de los millones de mujeres que cada año mueren en el mundo sin recibir atención sanitaria debido a su pobreza.

BASURA
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