Estaba jugando en la calle cuando llegaron unos hombres armados que me cogieron y metieron en un coche. Apuntándome con una pistola me llevaron lejos de mi casa, a un campamento militar donde me entrenaron para matar. Tras unas semanas me ordenaron ir a combatir. Fui porteadora, soldado, cocinera y esclava sexual. Me obligaron a beber alcohol y a tomar drogas, para que pudiera aguantar tantos horrores como tuve que sufrir. Me quedé embarazada y aborté, me contagiaron el VIH, fui apaleada casi a diario. Cuando el conflicto acabó fui rechazada por mi familia y mi comunidad y tuve que marcharme de mi pueblo. Aún sufro terrores nocturnos y no sé dónde ir, estoy tan cansada que como no encuentre pronto ayuda, seguramente caeré en la prostitución o tal vez me quite la vida.

BALAS
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